El uso excesivo de videojuegos entre niños y adolescentes se ha convertido en un fenómeno preocupante. La adicción a los videojuegos, según especialistas, puede derivar en trastornos de salud mental, bajo rendimiento académico y alteraciones en la dinámica familiar.
En los últimos años, organizaciones como la OMS han reconocido oficialmente la adicción a los videojuegos como un trastorno de salud mental, lo que ha impulsado investigaciones y llamados a una mayor conciencia sobre sus riesgos, especialmente en edades tempranas.
Sobre esto el médico psiquiatra César Sánchez-Bello, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), habló en Univérsate, destacando la urgencia de reconocer esta adicción como una enfermedad compleja, multifactorial y tratable.
Adicción a los videojuegos: una enfermedad con múltiples factores
La adicción a los videojuegos no es una moda ni un capricho pasajero. Según el profesor Sánchez-Bello, se trata de una enfermedad «crónica, progresiva, recurrente, incurable, pero controlable y tratable».
“Muchas personas creen que las adicciones son una debilidad de carácter o un problema de voluntad. Pero en realidad hablamos de una enfermedad diagnosticable. Afecta procesos cerebrales vinculados con el placer, la motivación y el control inhibitorio”, explicó el médico psiquiatra.
El especialista advirtió que cualquier actividad placentera puede volverse adictiva. Esto ocurre si se combinan factores genéticos, neurológicos, sociales y familiares.
Este enfoque permite entender por qué algunos niños y adolescentes desarrollan una fuerte dependencia a los videojuegos, mientras otros no.
Señales de alerta frente a la adicción a los videojuegos
Saber identificar cuándo una actividad recreativa se transforma en adicción es clave.
“Si hay pérdida de control en el tiempo de juego, cambios de humor como irritabilidad, bajo rendimiento escolar, abandono de otras actividades, trastornos del sueño y ansiedad por estar conectados, es momento de actuar”, alertó Sánchez-Bello.
Estas señales, indicó, deben ser atendidas cuanto antes para evitar que el problema avance a estados más graves. Además, enfatizó que la detección temprana es fundamental para implementar un tratamiento integral y efectivo.
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Tratamiento de la adicción a los videojuegos: responsabilidad compartida
La intervención debe ser multidisciplinaria, combinando terapia psicológica, medicación cuando sea necesaria y apoyo familiar.
“El objetivo del tratamiento es controlar el uso, fomentar la conciencia de enfermedad, prevenir recaídas y abordar las patologías asociadas como depresión o ansiedad. Es fundamental un seguimiento constante”, subrayó el médico.
Sánchez-Bello también destacó que los videojuegos deben usarse con reglas claras en el hogar: horarios limitados, supervisión parental, espacios comunes para el juego, y nada de consolas en las habitaciones.
Impacto en la familia y en el rendimiento escolar
Una de las principales señales de alarma es cuando el uso de videojuegos interfiere en la vida cotidiana del jugador y su entorno.
“Cuando la diversión sustituye el interés por otras actividades o genera conflictos familiares, estamos frente a una situación delicada”, afirmó Sánchez-Bello.
El experto también explicó que el uso excesivo de videojuegos reduce la atención, la concentración y la capacidad para tomar decisiones, lo cual repercute directamente en el desempeño escolar.
Este deterioro, según explicó, tiene una base neurobiológica: “la adicción afecta los circuitos cerebrales encargados del autocontrol, lo que disminuye la capacidad para detener una conducta perjudicial”.
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