Lucy Rodríguez, coordinadora del Programa de Educación Especial del Instituto Pedagógico de Maracay, explicó durante una entrevista en Univérsate las enormes dificultades de la educación especial en Venezuela, marcadas por la falta de infraestructura, recursos, y el agotamiento de docentes que luchan contra la adversidad para lograr la inclusión
La educación especial en Venezuela enfrenta dificultades estructurales que dificultan la inclusión de niños y adolescentes con discapacidad en el sistema escolar. La falta de infraestructura y de materiales adaptados impide que estos estudiantes accedan a una educación de calidad que responda a sus necesidades específicas.
A pesar de los avances legales en el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad, la situación actual revela una brecha significativa entre las leyes y su aplicación. En este sentido, la profesora Lucy Rodríguez, coordinadora del Programa de Educación Especial del Instituto Pedagógico de Maracay «Rafael Alberto Escobar Lara» de la Universidad Nacional Experimental Libertador (UPEL), explicó en Univérsate las complejidades que enfrenta el sector y la necesidad de un cambio urgente.
Rodríguez destacó que la carencia de materiales didácticos y recursos pedagógicos especializados impacta profundamente en el aprendizaje de los estudiantes con discapacidad.
«Sin estos materiales, el aprendizaje no se da como debería”, afirmó, subrayando la necesidad de contar con recursos multifuncionales que permitan una educación inclusiva y efectiva.
Educación Especial en riesgo
En cuanto al personal docente, Rodríguez señaló que muchos maestros“no cuentan con la formación continua necesaria para adaptarse a las necesidades de sus estudiantes”. A pesar de que existen programas y diplomados, los bajos salarios y las cargas laborales adicionales hacen que sea difícil para ellos especializarse y mantenerse al día.
“El docente tiene que hacer un esfuerzo tremendo, trabajando en la escuela y en su casa sin recibir una compensación justa”, agregó.
Otro obstáculo fundamental es la falta de un equipo multidisciplinario en las instituciones de educación especial. La intervención de especialistas, como neurólogos, psicólogos y fonoaudiólogos, es clave para el desarrollo integral de los estudiantes, pero muchos padres deben contratar estos servicios de forma privada debido a la carencia en el sector público.
Rodríguez también resaltó el compromiso de los docentes, quienes a pesar de las dificultades, siguen adelante con su labor. “El peso que recae sobre el maestro es enorme. Sin recursos, sin materiales, sin una infraestructura acorde, el docente queda desarmado”, explicó, haciendo hincapié en la resiliencia que caracteriza a los profesionales de esta área, que “siguen trabajando por compromiso y vocación”.
La académica subrayó que, aunque los docentes enfrentan estas limitaciones, los principales afectados son los estudiantes. “El docente resuelve, pero el niño no. Ellos son los que más sufren las carencias del sistema”, sostuvo Rodríguez, quien además destacó la importancia de crear estrategias de aprendizaje individualizadas para cada niño.
Finalmente, la experta en educación infantil hizo un llamado a las autoridades para mejorar las condiciones del sistema de educación especial en el país. “
El Gobierno debe asegurar los recursos, no solo materiales, sino también para una formación continua y digna de los docentes”, concluyó, señalando que solo así la educación especial en Venezuela podrá ser verdaderamente inclusiva y equitativa.