El idioma español es una de las lenguas más habladas del mundo, con gran influencia en la cultura, la ciencia y los negocios. En 2024, según el Instituto Cervantes, más de 600 millones de personas lo hablan, incluyendo a casi 500 millones de hablantes nativos.

Esta riqueza lingüística y diversidad expresiva consolidan al español como pilar de identidad para millones. Sin embargo, en Venezuela, el uso del idioma español enfrenta desafíos como la pérdida de normas, el abuso de muletillas y una preocupante carencia de hábitos de lectura.

Es por ello por lo que Johanna Rivero Belisario, docente-investigadora y directora del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello” (IVILLAB) de la UPEL, conversó en Univérsate sobre el uso de este idioma en Venezuela.

Uso indistinto de verbos en el idioma español: Una confusión común

Rivero explicó que el uso del idioma español en Venezuela muestra patrones que se alejan de la norma. Uno de ellos es la confusión entre los verbos “colocar” y “poner”.

“Estos verbos suelen utilizarse de forma indistinta. Si consultamos el diccionario de la Real Academia Española, veremos que ambos comparten una acepción: ubicar algo en un lugar. Por eso alguien puede decir ‘coloco el vaso en la mesa’ o ‘pongo el vaso en la mesa’, sin alterar el significado. Pero no es lo mismo decir ‘me puse colorado’ que ‘me coloqué colorado’. Ese último uso es incorrecto. La lengua es dinámica, pero no todo cambio implica evolución positiva”, detalló.

Este tipo de errores se normaliza cuando se repite sin reflexión, especialmente si proviene de figuras públicas o educativas. El uso del idioma español en Venezuela requiere análisis consciente y orientación desde la escuela y el hogar.

El idioma español exige reflexión, compromiso y educaciónJohanna Rivero Belisario, docente-investigadora y directora del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello” (IVILLAB) de la UPEL

Idioma español: Pobreza léxica y falta de lectura

Otro factor que afecta el uso del idioma es el escaso desarrollo del vocabulario. Para Rivero, esto tiene relación directa con la falta de lectura.

“La lectura es el vehículo para desarrollar competencia léxica y discursiva. Un niño que lee será un adulto crítico. Por eso debemos incentivar el contacto con distintos tipos de textos: analógicos, digitales, formales e informales. Si un niño no ve a sus padres leer, difícilmente desarrollará ese hábito. Leer abre el pensamiento y amplía la red de significados con la que comprendemos el mundo”, señaló.

El uso del idioma español en Venezuela mejorará si se convierte la lectura en un hábito cotidiano y familiar. No basta con lo que se enseña en la escuela: el ejemplo en casa es determinante.

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Retos educativos: Más pragmática y menos repetición

Según la especialista, uno de los principales desafíos es que la enseñanza del idioma se limita, muchas veces, a estructuras gramaticales y ejercicios mecánicos.

“Debemos enseñar qué decir, cuándo, cómo, a quién y en qué contexto. Eso es competencia discursiva. La educación lingüística debe formar hablantes que comprendan y respeten la diversidad del español. No se trata solo de dominar reglas, sino de saber comunicarse con eficacia y respeto en diferentes situaciones”, explicó Rivero.

Fortalecer el uso del idioma español en Venezuela pasa por revisar contenidos y enfoques didácticos. El respeto por la variedad lingüística y el desarrollo de la competencia sociolingüística deben ser prioridad en las aulas.

Docentes lectores para formar lectores

Para Rivero, los docentes también deben transformarse. Leer, escribir y usar la tecnología de forma creativa es vital para motivar a los estudiantes.

“El docente de lengua debe ser mediador entre el estudiante y el idioma. Necesita leer en voz alta, fomentar la escritura, utilizar herramientas digitales como diccionarios en línea y presentar los textos como experiencias. Enseñar el español no es solo corregir, es conectar con la vida real a través del lenguaje”, afirmó.

El uso del idioma puede fortalecerse si los maestros se asumen como guías activos. La transformación educativa comienza por ellos, en cada aula, cada día.

Escucha la entrevista completa aquí:

♦Texto: José Ali Linares Torrealba / Foto de Apertura: Getty Imágenes